La primera imagen con la que se topan los visitantes que entran a Salobreña, desde la carretera Nacional 340, es la de una rotonda inacabada con tierra, cables y unos ladrillos amontonados. Lo que en principio parecía un trabajo de lo más simple –el embellecimiento de la glorieta que da la bienvenida al pueblo– lleva un año empantanado sin que los vecinos de la localidad sepan qué es lo que van a hacer ahí y sobre todo, por qué tarda tanto. Lo ha preguntado hasta la extenuación el Partido Popular, que ha hecho de la denuncia de la rotonda inacabada un auténtico caballo de batalla. Hasta cuatro veces han pedido explicaciones, en el último año, de por qué se eterniza la obra.
La construcción de la glorieta se ejecutó en el año 2011, con fondos del Plan Proteja, y lo llevó a cabo el anterior equipo de gobierno del Partido Popular y del PSI. La glorieta, en la principal entrada del pueblo, junto al ferial, pretendía agilizar la circulación en este conflictivo acceso –que antes tenía un stop– y efectivamente su función la cumple. Útil, pero sigue siendo fea. Y es que el anterior gobierno dejó una rotonda sin el más mínimo adorno, mensaje o logo, como corresponde a una ubicación tan importante. En mayo del año pasado, ya con el PSOE al frente del equipo de gobierno, el PP denunció que «el estado dejadez de la rotonda» daba muy mala imagen al municipio. «El que por aquel entonces fuera concejal de Obras Públicas, Javier Ortega (PSI) anunció en julio, con foto junto a los trabajadores incluida, el comienzo de las obras de adecuación y daba un plazo de 25 días para tener, de una vez por todas, una decoración adecuada a un pueblo turístico», recuerda el presidente del PP de Salobreña, Manuel Martín.
Los populares denuncian que meses después, «tras echar balones fuera por el retraso de las obras echando la culpa a la dificultad de eliminar la torreta de la luz», el gobierno municipal volvió a parar las obras dejando una pila de ladrillos amontonados. Desde el PP recuerdan que el pasado mes de noviembre volvieron a la carga preguntando cuál era el estado de la rotonda de la Pontanilla y que a día de hoy siguen sin obtener respuestas. La dimisión del concejal que inició el proyecto aumenta el morbo sobre un asunto, el de la rotonda, que según distintas voces de la oposición salobreñera, fue una de las gotas que colmó el vaso para que el edil Javier Ortega abandonara el gobierno. Las fuentes oficiales del equipo de gobierno rechazan que esto sea cierto.
«Imagen deleznable»
«Tras la dimisión del concejal y ante el mutismo del resto de responsables municipales, los populares exigen una respuesta al gobierno municipal de un tema que afecta al turismo, a la imagen de Salobreña y, por tanto, a todos sus habitantes. Esta rotonda es lo primero que ven los visitantes que entran a la localidad y la imagen continúa siendo deleznable», denuncia en un comunicado el comité ejecutivo del PP de Salobreña.
«Es la cuarta vez que el PP que pedimos explicaciones y exigimos que el alcalde y el resto de su equipo abandonen esa actitud de desidia y hablen al pueblo sobre la situación de este proyecto», insta el presidente del PP salobreñero, Manuel Martín, que además pide al equipo de gobierno que finalice la actuación «lo más rápido posible para que esté listo para la Semana Santa». Para esa fecha, desde luego, ya no va a ser posible, pero lo que sí asegura el alcalde salobreñero, Gonzalo Fernández, es que van a adecuar en breve la rotonda, concluirán la iluminación, la base y lo dejarán todo listo excepto el motivo central, hasta ahora una incógnita que el alcalde por fin revela: será una escultura en homenaje al dibujante salobreñero Juan José Guarnido, autor del famoso cómic Blacksad, la que de la bienvenida al pueblo.
El alcalde explica que, desde el primer momento, han concedido importancia a esta rotonda y han querido elegir con mimo el motivo central, decantándose al final por una escultura que responde a la «sensibilidad del gobierno con el mundo de la cultura». Fernández Pulido cree un acierto identificar Salobreña con una figura reconocimiento internacional y considera fundamental «hacerlo bien» aunque lleve más tiempo. De ahí que hayan contactado con el autor y estén dando los pasos necesarios para que el proyecto se realice bajo su supervisión. «Es un homenaje de su pueblo a un hijo tan ilustre que lleva el nombre por todo el mundo», apunta.
El alcalde admite el retraso de las obras que achaca a la retirada de la torreta de alta tensión, que además ha supuesto «importantes costes». También admite que la decisión final ha generado debate en el seno del equipo de gobierno para elegir la mejor opción pero «enfrentamiento ninguno». En cuanto a las críticas del PP, el alcalde lanza una sola reflexión: «Ya lo podrían haber terminado ellos, y no lo hicieron, en los tiempos en los que a este Ayuntamiento entraba dinero».
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