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Los cortejos penitenciales del Martes Santo pusieron en la calle a miles de personas en toda la Costa
Cuenta Julio Espín Gómez que la Semana Santa de Salobreña no camina por el sendero de la grandiosidad de sus poblaciones cercanas, pero que la Villa le presta a sus procesiones un escenario tan diferente, íntimo y precioso que los cortejos penitenciales dibujan cada año una estampa irrepetible y única que hay que conocer, forzosamente.
Este salobreñero de pro ha presidido, durante varios lustros la Agrupación de Cofradías. Y ha conocido de todo, desde los tiempos difíciles en los que no había ni un duro para sacar las imágenes a la calle hasta tener que ir a coger flores al paseo que lleva este nombre, para así poder poner algo en los tronos... «fue todo sacrificio», recuerda este hombre. Pero a pesar de todo, Julio y varios amigos empeñados en dar a su pueblo unas procesiones dignas, consiguieron poner en la calle todas las imágenes y configurar así la actual semana mayor de la localidad
Ayer, Salobreña dio su primera levantá a toque de cielo limpio y horizonte espectacular en lo más alto de su caserío con la primera de sus estaciones de penitencia, la de Jesús Atado a la Columna, que procesiona bajo la advocación de La Humildad, una talla realizada por Antonio Barbero que viene a ser de las muestras de imaginería contemporánea existente en Salobreña y en torno al cual la devoción y el empuje costalero -bien trabajado bajo los faldones del paso- convirtieron la tarde-noche en un ascua de emociones.
Hoy, Salobreña ofrece una doble cita marcada por los contrastes. Por un lado, la presencia del Cristo de la Humillación sobre su trono de grandes dimensiones y en la zona baja del casco urbano; mientras que en su epicentro tradicional e histórico sus vecinos esperan al Nazareno y la Esperanza.
Pero el Martes Santo no había hecho más que comenzar. Abría Salobreña y le seguían al unísono Almuñécar y Motril, en una noche de manos atadas y con los sentimientos algo más que a flor de piel.
La antigua Sexi era un hervidero a las puertas del Templo del Salvador; pues es evidente que el Cristo de los Gitanos congrega tanto a los suyos como a los que no lo son, pero no pueden evitar sentirse atraídos por el derroche de amores que se muestran sin tapujos de ningún tipo.
Y así lo entiende la cofradía del Santísimo Cristo Atado a la Columna, que preside Antonio Cortés, precedido por una marea humana entregada a su Cristo y deseosa de transmitir esa devoción al público que contemplaba el cortejo en las aceras. La agrupación de la Estrella de Granada acompañó el andar del Cristo y miembros de la Brigada Sanitaria Brisan volvieron a participar en una estación de penitencia en la que al mar de mantillas se unió la lluvia de pétalos en la Cuesta de la Iglesia.
Lo más emocionante es como, cada año, se repite la misma estampa: familias al completo, desde los más pequeñines hasta los más mayores, participando como una piña y mostrando el lado más auténtico y vibrante de una semana santa que anoche se hizo 'quejío' y arte por cada esquina de su recorrido.
Y así, Almuñécar se va preparando para sus días grandes. Hoy con tres convocatorias cofrades. Las cofradía del Santísimo Cristo del Perdón, María Santísima del Consuelo, Nuestra Señora del Carmen y las Santas Verónica y María Magdalena, desde El Salvador. Desde la capilla de San Miguel lo hará la cofradía del Descendimiento y Santa María del Alba. Finalmente, desde la Encarnación procesionará el Santísimo Cristo de la Expiración, el silencio sexitano.
En la ciudad motrileña, esos sentimientos de Martes Santo jugaban con ventaja; pues era raro el cofrade que no hubiese pasado ya una y cien veces por la Iglesia Mayor, en los días previos, para contemplar los pasos de la cofradía de Nuestro Padre Jesús del Perdón y María Santísima de la Misericordia; un delirio cofrade donde los haya y la muestra evidente de que el patrimonio pasionista de Motril crece a un ritmo imparable.
Saetas
Pero había sitio para más sensaciones y en el atrio de La Encarnación siempre había lugar para albergar a más y más gente. «¡Yo, Poncio Pilatos...!», con esta exclamación, la plaza de España guardó silencio al unísono para escuchar la lectura de la Sentencia condenatoria de Jesús, ante la propia e impresionante efigie del Preso motrileño creado por Domingo Sánchez Mesa en los años cincuenta del pasado siglo. La lectura de la Sentencia es, desde el primer año de la puesta en la calle de esta cofradía, uno de lo hitos más destacables de su estación de penitencia; y para esta ocasión nada mejor que brindarle este cometido a un hombre que ha dado su vida entera por la hermandad: Manuel Jiménez Esparrell.
Y en ese marco, con ese sonido y con un formidable respaldo popular, no se escatimaron elogios hacia nos no pocos estrenos que este año lucía la comitiva en su procesión del Martes Santo. Su hermano mayor, Juan José Díaz Rodríguez, llevaba días ilusionado y a la vez tranquilo, con los pasos completos -a falta de flor- desde la semana pasada; tanto que cumplió su cometido como costalero de La Borriquita y como buen representante de su cofradía allá donde fuese requerido.
Pocos pasaron por alto un detalle: Jesús del Perdón, originariamente Jesús Preso al provenir de la antigua hermandad, de enterramiento existente en Motril, lució anoche sus primitivas potencias y corona de espinas, lo que a la sencillez de su hábito blanco contribuyó para dar una visión sencilla, humilde y tremenda de una de las imágenes más bellas de la semana santa granadina.
El Cristo fue presentado sobre su ya habitual monte pétreo, pero exquisitamente salpicado de hiedra, rosas rojas y otras flores de tonos equilibrados y solemnes.
En cuanto a la dolorosa de la Misericordia, Antonio Hernández cumplió un año más con las expectativas que genera su trabajo, consiguiendo que la imagen mariana luciera soberbia en su estilo y perfecta en los detalles de su atavío. Esta vez en solitario, sin la imagen de San Juan Evangelista y con el efecto añadido de la nueva disposición de la candelería, sin duda mucho más elegante y efectista. En cuanto al ornato floral del paso, no se escatimó en blanco de diversos tonos ni en flores tan motrileñas como el alhelí y la cala, además de profusión de iris blanco y rosas.
Nada más ponerse en la calle, la virgen motrileña del Martes Santo fue recibida por saetas, las de Sandra Cabrera y, como regalo para la Misericordia del Carmen, una increíble petalada para abrir una noche completa de emociones y lujo bajo los pasos: Ángel Castillo al frente del Misterio y Francis Pérez para mandar el navío granate y oro calzado a costal.
Miércoles Santo
Esta noche, Motril se desdobla para no perderse ninguno de los momentos multitudinarios del Miércoles Santo. Por un lado el entorno de la avenida de San Agustín, alrededor de la iglesia de la Victoria para asistir a la salida del Santísimo Cristo de la Salud y Nuestra Señora del Mayor Consuelo. Por otro, inaugurando la madrugada del Jueves Santo y desde su casa de hermandad en calle Monjas, la cofradía de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor.
Se ha venido produciendo de manera escalonada en los últimos años, pero en esta Semana Santa de Motril 2014 la facilidad que numerosas hermandades están dando a la población para que esta pueda ver los pasos, antes y después de las estaciones de penitencia, es uno de los detalles más destacables con que el público se está encontrando. Fue pionera, desde su inauguración en 1993 de su casa de hermandad, la cofradía del Nazareno. Siguieron Gran Poder y Huerto... ahora estas tres con más días aún. A ello se unen las cofradías que realizan su salida desde la Encarnación o el reguero de personas que visita al Cristo de la Salud o su madre del Consuelo hoy miércoles. El hecho de que los pasos permanezcan a la vista varios días después de su salida a la calle lleva a cofrades y costaleros a respetar el exorno de los pasos y tronos para que estos luzcan en todo su esplendor y sin 'calvas' en el adorno floral.
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