IDEAL ALMERIA
A los agricultores no les ha pillado por sorpresa, ya que cuando comenzó a estudiarse la incidencia de este virus en el calabacín, los peritos empezaron a alertar sobre la posibilidad de que pudiera afectar al melón y, en menor medida, a la sandía, en la campaña de primavera. Y parece ser que no se equivocaban, pues aunque la Junta de Andalucía habla de una baja incidencia en melón, los peritos de las comercializadoras y los técnicos de las empresas de semillas reconocen que se están viendo afectadas entre un 10 y un 15 por ciento de las plantaciones.
El virus no se manifiesta en toda la explotación, sino que empieza a afectar algunas plantas y, si se dejan, se va expandiendo. Por eso, los agricultores se afanan en retirar pronto las plantas infectadas, no sin antes buscar entre las hojas cualquier rastro de mosca blanca, para evitar que se extienda.
«La gente es valiente, ha plantado, sobre todo los agricultores de cooperativas, explica Juanfran Rodríguez, comercial de campo experto en melón 'cantaloup', quien reconoce que «de cada tres agricultores, dos me han dicho que sí y uno que no, cuando les he preguntado si van a poner melón».
Pero los que se han decidido a plantar, no lo hacen como todos los años. «Normalmente se hace una protección más simple, no es normal que de febrero en adelante se vea el doble invernadero», explica Juanfran en referencia al doble techo y el refuerzo de bandas que se ha llevado a cabo en casi todos los invernaderos en los que se va a poner melón.
Todas estas prevenciones solían adoptarlas uno de cada 10 agricultores, pero la amenaza del 'New Delhi' ha llevado a la mayoría a no quedarse sólo en la manta, sino que han optado casi por hacer un invernadero dentro del otro. Y es que cualquier prevención es poca, ya que este virus lo transporta la mosca blanca, cuya población se verá incrementada considerablemente conforme aumente el calor. Además de esto, los agricultores están preocupados porque cuando las plantas vayan creciendo y haya que introducir los abejorros en los invernaderos, habrá que abrir las bandas (ya que si no el polen está demasiado húmedo como para que los insectos lo puedan transportar). Será entonces cuando se enfrenten a la verdadera prueba de fuego.
sobre coste
Al riesgo de que se vaya la cosecha, si se ve afectada por el virus, se une el sobre coste que supone blindar los invernaderos. Los expertos calculan que la inversión necesaria para tratar de aislar la cosecha del virus ronda los 2.000 euros por hectárea. Habida cuenta de que la media que se obtiene en una hectárea plantada con melón, si todo va bien, es de unos doce o quince mil euros, la inversión realizada se antoja cuantiosa.
En el campo se comenta que, por ahora, donde más incidencia se ha presentado es en Vícar, donde se han llegado a arrancar ya al menos cuatro hectáreas y en La Aldeílla. Según los agricultores, el virus es fácil de detectar. «La hoja se empieza a rizar y la cabeza se va quedando apagada y amarilla», explica el encargado de la finca de 'Alhóndiga La Unión' en Las Chozas, en la que se plantaron melones hace tres semanas y donde ya han tenido que reponer unas 300 plantas, al verse afectadas por el temido virus.
Así, a pesar de haber adoptado todas las recomendaciones y medidas de prevención, los agricultores no saben qué pasará. «Este año, plantar melón, es una lotería», reconocen. Juanfran Rodríguez es muy gráfico a la hora de hacer pronósticos: «La pólvora, cuando está húmeda, arde poco, pero cuando se seca, ya se sabe», en relación a la llegada del calor.
El virus no se manifiesta en toda la explotación, sino que empieza a afectar algunas plantas y, si se dejan, se va expandiendo. Por eso, los agricultores se afanan en retirar pronto las plantas infectadas, no sin antes buscar entre las hojas cualquier rastro de mosca blanca, para evitar que se extienda.
«La gente es valiente, ha plantado, sobre todo los agricultores de cooperativas, explica Juanfran Rodríguez, comercial de campo experto en melón 'cantaloup', quien reconoce que «de cada tres agricultores, dos me han dicho que sí y uno que no, cuando les he preguntado si van a poner melón».
Pero los que se han decidido a plantar, no lo hacen como todos los años. «Normalmente se hace una protección más simple, no es normal que de febrero en adelante se vea el doble invernadero», explica Juanfran en referencia al doble techo y el refuerzo de bandas que se ha llevado a cabo en casi todos los invernaderos en los que se va a poner melón.
Todas estas prevenciones solían adoptarlas uno de cada 10 agricultores, pero la amenaza del 'New Delhi' ha llevado a la mayoría a no quedarse sólo en la manta, sino que han optado casi por hacer un invernadero dentro del otro. Y es que cualquier prevención es poca, ya que este virus lo transporta la mosca blanca, cuya población se verá incrementada considerablemente conforme aumente el calor. Además de esto, los agricultores están preocupados porque cuando las plantas vayan creciendo y haya que introducir los abejorros en los invernaderos, habrá que abrir las bandas (ya que si no el polen está demasiado húmedo como para que los insectos lo puedan transportar). Será entonces cuando se enfrenten a la verdadera prueba de fuego.
sobre coste
Al riesgo de que se vaya la cosecha, si se ve afectada por el virus, se une el sobre coste que supone blindar los invernaderos. Los expertos calculan que la inversión necesaria para tratar de aislar la cosecha del virus ronda los 2.000 euros por hectárea. Habida cuenta de que la media que se obtiene en una hectárea plantada con melón, si todo va bien, es de unos doce o quince mil euros, la inversión realizada se antoja cuantiosa.
En el campo se comenta que, por ahora, donde más incidencia se ha presentado es en Vícar, donde se han llegado a arrancar ya al menos cuatro hectáreas y en La Aldeílla. Según los agricultores, el virus es fácil de detectar. «La hoja se empieza a rizar y la cabeza se va quedando apagada y amarilla», explica el encargado de la finca de 'Alhóndiga La Unión' en Las Chozas, en la que se plantaron melones hace tres semanas y donde ya han tenido que reponer unas 300 plantas, al verse afectadas por el temido virus.
Así, a pesar de haber adoptado todas las recomendaciones y medidas de prevención, los agricultores no saben qué pasará. «Este año, plantar melón, es una lotería», reconocen. Juanfran Rodríguez es muy gráfico a la hora de hacer pronósticos: «La pólvora, cuando está húmeda, arde poco, pero cuando se seca, ya se sabe», en relación a la llegada del calor.
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