GRANADA HOY
La provincia ha pasado de tener 243 hoteles en 2008 a contar con una planta de 285 establecimientos La ocupación media por plaza en 2013 no superó el 45,6%
Esta semana, la petición de los empresarios turísticos de que se establezca en Granada una moratoria en la construcción de hoteles, o que al menos se limiten las autorizaciones para el cambio de uso de edificios residenciales a turísticos, ha generado bastante revuelo en una ciudad donde la industria turística es imprescindible. Mientras el PSOE de la capital se mostraba de acuerdo y recordaba que esa misma propuesta ya la habían puesto sobre la mesa con anterioridad, el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, rechazó la posibilidad de paralizar temporalmente la construcción de hoteles asegurando que iría contra la normativa vigente y recalcando que el Ayuntamiento siempre estará dispuesto a recibir con los brazos abiertos a cualquier empresario que decida ampliar la planta hotelera con un nuevo establecimiento.
Sobre o no sobre, cabría añadir. Porque el verdadero drama tras las declaraciones del presidente de la Asociación de Hospedaje de Granada, Gerardo Castilla, es que el nivel de afluencia turística que tiene la provincia, pese a alcanzar cifras récord en 2013, no es suficiente para llenar todos los hoteles de Granada durante todo el año. Ni siquiera durante un fin de semana. Y eso no hay quien lo niegue. Basta con preguntar a cualquier hotelero o mirar por la ventana de cualquier restaurante durante un día de semana para constatar que no, que no hay suficiente pastel para todos los comensales.
Además, son muchos los datos que lo constatan. El más evidente es el que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la ocupación media por plaza hotelera. A lo largo de 2013, ese porcentaje apenas llegó a un 45,6%, que en el mejor de los casos se elevó hasta un 56,01% durante el fin de semana. En los días fuertes del turismo de la provincia -con excepción de los puentes y fechas especiales, donde sí hay picos e incluso lleno técnico-, la afluencia de viajeros ni siquiera llena seis de cada diez plazas. Las otras cuatro se quedan vacías.
De hecho, el mejor dato de ocupación media que registró la provincia a lo largo del año pasado fue el de septiembre, cuando se llenaron el 55,9% de las plazas totales (el 64,2% en fines de semana). En el caso de la capital, las cifras son algo más positivas, con un tope máximo de ocupación media del 67,8% en el mes de septiembre.
Los empresarios turísticos hablan de sobreoferta y qué duda cabe de que o sobran hoteles o faltan turistas para llenarlos. Ni siquiera en época de crisis, con una de las sangrías de rentabilidad más graves que ha registrado el sector turístico en los últimos tiempos, se ha frenado la construcción de nuevos establecimientos hoteleros. Los inversores han seguido llegando a Granada, convencidos de que se trata de una apuesta segura y de que abrir un hotel es sinónimo de éxito.
Según los datos del Registro de Turismo de Andalucía facilitados por la Consejería de Turismo, al cierre de septiembre de 2013 la provincia de Granada contaba con 285 hoteles de entre 1 y 5 estrellas, lo que equivale a 27.562 plazas. En 2008, estas cifras eran bastante inferiores: 243 hoteles con capacidad para albergar a 24.154 viajeros. En cinco años, precisamente en cinco años de crisis, la planta hotelera de Granada creció un 17,3%, sumando 42 nuevos establecimientos y 3.408 plazas hoteleras.
El verdadero problema es que el incremento de la planta hotelera granadina no ha sido proporcional, ni mucho menos, al de la llegada de viajeros. En el mismo periodo en el que el número de hoteles creció un 17,3%, los visitantes lo hicieron un 5,8%. En 2013 llegaron a Granada 2.387.192 visitantes, 130.283 más que en el año 2008, cuando la provincia registró el paso de 2.256.909 turistas. Estas cifras ponen en evidencia que el número de hoteles de la provincia creció en cinco años el triple que el número de viajeros.
Los datos facilitados por la Consejería de Turismo incluyen también el conjunto de los establecimientos hoteleros. Contando con hoteles, apartahoteles, pensiones, hostales y complejos turísticos rurales, Granada ofrece al viajero una infraestructura turística de 550 establecimientos, un 12,5% más que en 2008, cuando había 489 alojamientos. En cuanto a las plazas, han pasado de 31.216 a 35.089, lo que supone un impulso total del 12,4%.
En su día, el presidente de la Asociación de Bares y Restaurantes, Juan Luis Álvarez, recordó que el gran problema de la planta hotelera y de restauración de Granada es que se preparó para lo que al final no fue: una ciudad de congresos. En la rueda de prensa en la que se puso sobre la mesa la conveniencia de una moratoria, Álvarez -que fue presidente de la Federación de Hostelería- recordó que hasta el año 1983 Granada tenía un déficit turístico notable (apenas unas 4.000 plazas), que comenzó a crecer y terminó de dispararse con la construcción del Palacio de Congresos y las buenas perspectivas de Granada como destino del turismo de negocios y convenciones. El problema es que desde 1992 el Convention Bureau cayó en el olvido, dejando a Granada limitada al atractivo del turismo cultural y marginando a buena parte de las plazas hoteleras. La solución, según los hosteleros, pasa por consolidar ahora esa oficina de congresos retomada por los empresarios y permitir que la actual sobreoferta se convierta en una oferta ajustada a las necesidades de los viajeros y a las posibilidades de Granada.
Sobre o no sobre, cabría añadir. Porque el verdadero drama tras las declaraciones del presidente de la Asociación de Hospedaje de Granada, Gerardo Castilla, es que el nivel de afluencia turística que tiene la provincia, pese a alcanzar cifras récord en 2013, no es suficiente para llenar todos los hoteles de Granada durante todo el año. Ni siquiera durante un fin de semana. Y eso no hay quien lo niegue. Basta con preguntar a cualquier hotelero o mirar por la ventana de cualquier restaurante durante un día de semana para constatar que no, que no hay suficiente pastel para todos los comensales.
Además, son muchos los datos que lo constatan. El más evidente es el que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la ocupación media por plaza hotelera. A lo largo de 2013, ese porcentaje apenas llegó a un 45,6%, que en el mejor de los casos se elevó hasta un 56,01% durante el fin de semana. En los días fuertes del turismo de la provincia -con excepción de los puentes y fechas especiales, donde sí hay picos e incluso lleno técnico-, la afluencia de viajeros ni siquiera llena seis de cada diez plazas. Las otras cuatro se quedan vacías.
De hecho, el mejor dato de ocupación media que registró la provincia a lo largo del año pasado fue el de septiembre, cuando se llenaron el 55,9% de las plazas totales (el 64,2% en fines de semana). En el caso de la capital, las cifras son algo más positivas, con un tope máximo de ocupación media del 67,8% en el mes de septiembre.
Los empresarios turísticos hablan de sobreoferta y qué duda cabe de que o sobran hoteles o faltan turistas para llenarlos. Ni siquiera en época de crisis, con una de las sangrías de rentabilidad más graves que ha registrado el sector turístico en los últimos tiempos, se ha frenado la construcción de nuevos establecimientos hoteleros. Los inversores han seguido llegando a Granada, convencidos de que se trata de una apuesta segura y de que abrir un hotel es sinónimo de éxito.
Según los datos del Registro de Turismo de Andalucía facilitados por la Consejería de Turismo, al cierre de septiembre de 2013 la provincia de Granada contaba con 285 hoteles de entre 1 y 5 estrellas, lo que equivale a 27.562 plazas. En 2008, estas cifras eran bastante inferiores: 243 hoteles con capacidad para albergar a 24.154 viajeros. En cinco años, precisamente en cinco años de crisis, la planta hotelera de Granada creció un 17,3%, sumando 42 nuevos establecimientos y 3.408 plazas hoteleras.
El verdadero problema es que el incremento de la planta hotelera granadina no ha sido proporcional, ni mucho menos, al de la llegada de viajeros. En el mismo periodo en el que el número de hoteles creció un 17,3%, los visitantes lo hicieron un 5,8%. En 2013 llegaron a Granada 2.387.192 visitantes, 130.283 más que en el año 2008, cuando la provincia registró el paso de 2.256.909 turistas. Estas cifras ponen en evidencia que el número de hoteles de la provincia creció en cinco años el triple que el número de viajeros.
Los datos facilitados por la Consejería de Turismo incluyen también el conjunto de los establecimientos hoteleros. Contando con hoteles, apartahoteles, pensiones, hostales y complejos turísticos rurales, Granada ofrece al viajero una infraestructura turística de 550 establecimientos, un 12,5% más que en 2008, cuando había 489 alojamientos. En cuanto a las plazas, han pasado de 31.216 a 35.089, lo que supone un impulso total del 12,4%.
En su día, el presidente de la Asociación de Bares y Restaurantes, Juan Luis Álvarez, recordó que el gran problema de la planta hotelera y de restauración de Granada es que se preparó para lo que al final no fue: una ciudad de congresos. En la rueda de prensa en la que se puso sobre la mesa la conveniencia de una moratoria, Álvarez -que fue presidente de la Federación de Hostelería- recordó que hasta el año 1983 Granada tenía un déficit turístico notable (apenas unas 4.000 plazas), que comenzó a crecer y terminó de dispararse con la construcción del Palacio de Congresos y las buenas perspectivas de Granada como destino del turismo de negocios y convenciones. El problema es que desde 1992 el Convention Bureau cayó en el olvido, dejando a Granada limitada al atractivo del turismo cultural y marginando a buena parte de las plazas hoteleras. La solución, según los hosteleros, pasa por consolidar ahora esa oficina de congresos retomada por los empresarios y permitir que la actual sobreoferta se convierta en una oferta ajustada a las necesidades de los viajeros y a las posibilidades de Granada.
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