A Extremadura le sobran lavadoras, lavavajillas y frigoríficos viejos y le faltan electrodomésticos de los que ponen más fácil ahorrar en la factura de la luz. Lo acaba de constatar la octava edición del Índice de Eficiencia Energética que elabora Gas Natural Fenosa, en el que la comunidad autónoma aparece en la zona baja de la clasificación nacional en este campo. En concreto, la región ocupa el puesto 12 de 17 en la tabla española del índice global de eficiencia energética. Su nota es de 6,52 sobre diez, tomando como referencia dos aspectos: no hay ninguna por debajo del cinco y la media nacional es de 6,62.
El estudio, que basa sus resultados en 3.800 encuestas realizadas en todo el territorio nacional, llega a esa conclusión tras analizar cuatro apartados: el equipamiento, el mantenimiento, el control y la cultura energética. Donde mejor parada sale la comunidad autónoma es en el apartado de cultura, que mide la conciencia ciudadana respecto a la importancia de la eficiencia energética, que se puede definir como el conjunto de medidas que ayudan a no malgastar electricidad. Entre estas precauciones que acaban repercutiendo sobre la factura de la luz está el apagar los aparatos en lugar de dejarlos en 'stand by', disponer de electrodomésticos más avanzados en este campo o poner la lavadora o el lavavajillas sólo cuando estén llenos.
La cuestión cultural
En el epígrafe de la cultura energética, Extremadura figura ligeramente por debajo de la media nacional, pese a ser la sexta en mejor posición. Sólo hay cinco comunidades autónomas por encima del valor medio para el conjunto del país, y son Murcia, Cataluña, Baleares, Andalucía y la Comunidad Valenciana. A ellas les sigue Extremadura, que también tiene una buena puntuación en el apartado del mantenimiento, que mide cuestiones como el grado de cumplimiento de las revisiones periódicas por parte de los usuarios. En este campo, la región aparece en el séptimo puesto, con una nota de 6,81, lo que le sitúa por encima de la media nacional, que es de 6,76.
Por el contrario, equipamiento y control son los dos capítulos en los que Extremadura pierde puntos. En el primero, aparece como penúltima clasificada, sólo por delante de Canarias, que es la comunidad autónoma más ineficiente de España desde el punto de vista energético.
Según los autores, «los hogares extremeños tienen un potencial de ahorro de 35 millones de euros en su factura energética». «La energía susceptible de ser ahorrada en la región -añaden-, 33.000 toneladas equivalente de petróleo, es similar a la que consumen 2,2 millones de ordenadores encendidos durante un año». Según sus cálculos, «un mejor uso de la energía podría, además, ahorrar la emisión a la atmósfera de 93.574 toneladas de dióxido de carbono, una cantidad similar a la que emitirían 23 vuelos de ida y vuelta entre España y Australia».
Esta octava edición del Índice de Eficiencia Energética, presentada a principios de mes, constata que durante el año 2012 se produjo «un estancamiento en los hábitos de consumo de energía de los extremeños», ya que doce meses antes, la nota que sacaba la comunidad autónoma era de 6,65, es decir, 0,13 puntos mejor. En el año 2004, cuando se hizo este estudio por primera vez, la región sacó un 6,0, lo que significa que en los últimos ocho años, ha mejorado su nota un 8,7 por ciento, esto es, medio punto porcentual más que el conjunto de España.
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