EL DIA DE CORDOBA
Los agentes del Seprona detienen a seis personas e intervienen 26 armas de fuego y 121 ciervos
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La Guardia Civil informó ayer de que ya ha concluido la Operación Sierra, en la que ha llevado a cabo más de un millar actuaciones. Esta operación, según explicó el Instituto Armado, se ha desarrollado a través de las unidades del Seprona y tiene como principal objetivo "elevar el clima de seguridad entre los participantes en cada una de las modalidades de caza". La citada campaña se puso en marcha a principios del mes de septiembre del año pasado.
En todo este tiempo, los agentes del Seprona han inspeccionado 172 cacerías, entre monterías, ganchos y batidas, de las más de que 500 autorizadas por la Delegación de Medio Ambiente de la Junta. Según la misma información, en este periodo se llevaron a cabo 705 servicios, la mayor parte de ellos realizados por los agentes de las unidades del Seprona, que se encuentran desplegadas en la zona Centro, Norte y el área de la Subbética.
Como consecuencia de este servicio, la Guardia Civil ha llevado a cabo 897 actuaciones, en las que destacan 172 inspecciones de actividades cinegéticas, 448 controles, identificaciones de vehículos y personas y la denuncia de 183 infracciones administrativas. En el ámbito penal se instruyeron diligencias por cinco delitos y se detuvieron por tales delitos a media docena de personas. La Guardia Civil destacó también que Hornachuelos ha sido el municipio de la provincia en el que se han realizado el mayor número de actuaciones policiales, con 207, seguida de Villaviciosa de Córdoba, con 123, y la capital cordobesa, con 102.
Dentro del campo de las infracciones detectadas, sobresalen 15 que correspondieron a la vulneración de normativa reguladora de los animales de compañía o peligrosos, destacando la existencia de rehalas sin seguro obligatorio. Según la mima información, otras 15 se debieron a infracciones en materia de armas, fundamentalmente en lo que respecta a llevar o poseer armas sin necesidad o sin justificar el motivo, respecto a los episodios de furtivismo tanto consumados o detectados antes de la ejecución. El número mayor de infracciones apreciadas, 139, se debieron a la vulneración de la normativa reguladora de la actividad cinegética. En ellas, según la Guardia Civil, se pusieron de manifiesto situaciones como la caza sin licencia, caza de noche sin autorización, cazar en línea de retranca o la caza de especies distintas a las autorizadas.
Desde el punto de vista penal, durante la operación se detuvo a seis personas por supuestos delitos de tenencia ilícita de armas, por practicar la caza con arma de fuego sin haber obtenido nunca la licencia de armas.
Como consecuencia de toda esta actividad infractora, la Guardia Civil ha intervenido 26 armas de fuego entre rifles y escopetas y 121 ciervos, todo ello puesto a disposición de la Delegación de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, a resulta de la instrucción de los respectivos expedientes sancionadores.
La Guardia Civil recordó también que la operación se ha llevado a cabo con un triple objetivo. El primero de ellos fue el de control y verificación de las medidas de seguridad necesarias para celebrar la actividad cinegética. El segundo objetivo, por su parte, se centró en la participación de rehalas y en comprobar las autorizaciones necesarias concedidas por la Junta para que los transportistas puedan llevar a cabo los traslados de los perros, entre otros. El control de las condiciones higiénico-sanitarias de las reses abatidas es el tercer objetivo incluido en esta operación.
En todo este tiempo, los agentes del Seprona han inspeccionado 172 cacerías, entre monterías, ganchos y batidas, de las más de que 500 autorizadas por la Delegación de Medio Ambiente de la Junta. Según la misma información, en este periodo se llevaron a cabo 705 servicios, la mayor parte de ellos realizados por los agentes de las unidades del Seprona, que se encuentran desplegadas en la zona Centro, Norte y el área de la Subbética.
Como consecuencia de este servicio, la Guardia Civil ha llevado a cabo 897 actuaciones, en las que destacan 172 inspecciones de actividades cinegéticas, 448 controles, identificaciones de vehículos y personas y la denuncia de 183 infracciones administrativas. En el ámbito penal se instruyeron diligencias por cinco delitos y se detuvieron por tales delitos a media docena de personas. La Guardia Civil destacó también que Hornachuelos ha sido el municipio de la provincia en el que se han realizado el mayor número de actuaciones policiales, con 207, seguida de Villaviciosa de Córdoba, con 123, y la capital cordobesa, con 102.
Dentro del campo de las infracciones detectadas, sobresalen 15 que correspondieron a la vulneración de normativa reguladora de los animales de compañía o peligrosos, destacando la existencia de rehalas sin seguro obligatorio. Según la mima información, otras 15 se debieron a infracciones en materia de armas, fundamentalmente en lo que respecta a llevar o poseer armas sin necesidad o sin justificar el motivo, respecto a los episodios de furtivismo tanto consumados o detectados antes de la ejecución. El número mayor de infracciones apreciadas, 139, se debieron a la vulneración de la normativa reguladora de la actividad cinegética. En ellas, según la Guardia Civil, se pusieron de manifiesto situaciones como la caza sin licencia, caza de noche sin autorización, cazar en línea de retranca o la caza de especies distintas a las autorizadas.
Desde el punto de vista penal, durante la operación se detuvo a seis personas por supuestos delitos de tenencia ilícita de armas, por practicar la caza con arma de fuego sin haber obtenido nunca la licencia de armas.
Como consecuencia de toda esta actividad infractora, la Guardia Civil ha intervenido 26 armas de fuego entre rifles y escopetas y 121 ciervos, todo ello puesto a disposición de la Delegación de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, a resulta de la instrucción de los respectivos expedientes sancionadores.
La Guardia Civil recordó también que la operación se ha llevado a cabo con un triple objetivo. El primero de ellos fue el de control y verificación de las medidas de seguridad necesarias para celebrar la actividad cinegética. El segundo objetivo, por su parte, se centró en la participación de rehalas y en comprobar las autorizaciones necesarias concedidas por la Junta para que los transportistas puedan llevar a cabo los traslados de los perros, entre otros. El control de las condiciones higiénico-sanitarias de las reses abatidas es el tercer objetivo incluido en esta operación.
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