GRANADA HOY
Las obras del Metro en la zaidinera calle Andrés Segovia, que llevan más de un lustro en curso, tienen con la soga al cuello a los propietarios de muchos de los pequeños comercios del entorno
Los comerciantes de la calle Andrés Segovia, en el barrio del Zaidín, se sienten "cansados" y "maltratados". Las obras de instalación del Metropolitano en los alrededores de esta arteria -una de las principales del distrito en los alrededores del Centro Deportivo Núñez Blanca- y sus incesantes retrasos causan la fatiga de decenas de vecinos y visitantes. Todo, a pesar de que la tercera y última fase de los trabajos en la zona, la de ejecución de la plataforma y vías del convoy, se inició ayer. Eso sí, meses después.
El tema de conversación en los establecimientos más humildes del área estaba claro. "Precisamente eso es lo que le venía a preguntar a este hombre, que cuándo terminaban esto", decía uno de los clientes de la cristalería Suárez. Aunque no quiso dar su nombre, sí reconoció que era un comprador habitual del establecimiento y que no sabía cómo calificar la situación: "Se van a cargar el pequeño comercio". Las labores de trabajo han vuelto a tener ritmo, pero ellos ya no saben qué pensar. "Yo ya no me creo nada, es cierto que llevamos un par de días con más presencia de obreros de la habitual pero también que decían que la primera línea estaría para este año y la han retrasado... ¿Que si nos ha afectado? Imagina estar seis años de obras delante de tu puerta... Siempre leemos que llegan muchos millones para acabar pero yo no sé qué creer", insistía uno de los dependientes. "Esto ha estado vallado tres años sin hacer nada", se quejaba otro. "Tú, que eres joven, lo verás pero yo no sé...", volvía a decir con algo de humor el cliente.
Por la misma línea iban los argumentos de la Perfumería Ana Pilar. "Esta Navidad, con toda la puerta ocupada, ha sido una verdadera gracia...". En eso coincidían con otros comerciantes. El hecho de que las obras ocupen las entradas a las tiendas está dificultando mucho sus ventas. "Aquí sólo vienen si es para algo expresamente pero que alguien pase, nos vea y pare es imposible", lamentan con amargura. "Y luego, mira toda la vuelta que hay que dar si vienes desde la acera de enfrente, para las personas mayores es bastante dificultoso", añaden.
La dependienta de la panadería Diego Fernández también sostenía algo parecido: "Yo estoy sustituyendo al dueño unos días y no te puedo decir mucho pero no sé cómo habrán salido adelante...".
Al menos, el compromiso de la empresa es concluir los trabajos antes de final de año y que todo esté listo para la campaña de Navidad. El Zaidín, empero, seguirá un tiempo más repleto de baches, socavones y polvo, con el sonido de los picos y los martillos pilones. Y sufriendo un caos de tráfico cada vez que, en hora punta, varios autobuses de Rober se unan a los vehículos particulares que transitan la zona. El próximo septiembre se cumplirán seis años desde que, allá por 2008, pusieran pie los primeros obreros y materiales del Metropolitano en la Avenida de América y Andrés Segovia. Más de un lustro de auténtica supervivencia para vecinos y propietarios de los comercios.
El tema de conversación en los establecimientos más humildes del área estaba claro. "Precisamente eso es lo que le venía a preguntar a este hombre, que cuándo terminaban esto", decía uno de los clientes de la cristalería Suárez. Aunque no quiso dar su nombre, sí reconoció que era un comprador habitual del establecimiento y que no sabía cómo calificar la situación: "Se van a cargar el pequeño comercio". Las labores de trabajo han vuelto a tener ritmo, pero ellos ya no saben qué pensar. "Yo ya no me creo nada, es cierto que llevamos un par de días con más presencia de obreros de la habitual pero también que decían que la primera línea estaría para este año y la han retrasado... ¿Que si nos ha afectado? Imagina estar seis años de obras delante de tu puerta... Siempre leemos que llegan muchos millones para acabar pero yo no sé qué creer", insistía uno de los dependientes. "Esto ha estado vallado tres años sin hacer nada", se quejaba otro. "Tú, que eres joven, lo verás pero yo no sé...", volvía a decir con algo de humor el cliente.
Por la misma línea iban los argumentos de la Perfumería Ana Pilar. "Esta Navidad, con toda la puerta ocupada, ha sido una verdadera gracia...". En eso coincidían con otros comerciantes. El hecho de que las obras ocupen las entradas a las tiendas está dificultando mucho sus ventas. "Aquí sólo vienen si es para algo expresamente pero que alguien pase, nos vea y pare es imposible", lamentan con amargura. "Y luego, mira toda la vuelta que hay que dar si vienes desde la acera de enfrente, para las personas mayores es bastante dificultoso", añaden.
La dependienta de la panadería Diego Fernández también sostenía algo parecido: "Yo estoy sustituyendo al dueño unos días y no te puedo decir mucho pero no sé cómo habrán salido adelante...".
Al menos, el compromiso de la empresa es concluir los trabajos antes de final de año y que todo esté listo para la campaña de Navidad. El Zaidín, empero, seguirá un tiempo más repleto de baches, socavones y polvo, con el sonido de los picos y los martillos pilones. Y sufriendo un caos de tráfico cada vez que, en hora punta, varios autobuses de Rober se unan a los vehículos particulares que transitan la zona. El próximo septiembre se cumplirán seis años desde que, allá por 2008, pusieran pie los primeros obreros y materiales del Metropolitano en la Avenida de América y Andrés Segovia. Más de un lustro de auténtica supervivencia para vecinos y propietarios de los comercios.
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