MALAGA HOY
El kilómetro del AVE Málaga-Madrid costó 17,5 millones, 3 más que el de Madrid-Barcelona El nuevo aeropuerto alcanzó los 1.775 millones; los documentos iniciales situaban la inversión en 945 millones
Que una gran infraestructura sea objeto de modificados y sobrecostes, en algunos casos resultado de la improvisación o la falta de estudios adecuados por parte de los organismos impulsores; en otros por imprevistos de fuerza mayor, se ha convertido en un hábito. Pocos son los casos de obras públicas que no recogen variaciones en sus costes. Tan pocos como los episodios en los que organismos como el Tribunal de Cuentas entran a analizar las razones de estas mismas alteraciones y que motivaron que lo que iba a valer diez acabe en veinte.
El halo generado en torno a la investigación judicial y administrativa abierta en torno a las obras del AVE entre Madrid y Barcelona extiende no tanto la sospecha sobre presuntas irregularidades al resto del territorio nacional, como las dudas sobre el proceder con el dinero público. Y Málaga, provincia que en la etapa de bonanza absorbió inversiones por varios miles de millones de euros, es pieza clave. Ya sea de la mano del Gobierno central, y fundamentalmente del Ministerio de Fomento; ya sea de la de la Junta de Andalucía, o del principal ayuntamiento, el de la capital de la Costa del Sol, no hay un gran proyecto que no haya tenido sobresaltos en sus cuentas.
Sin embargo, esta evidencia choca con la disposición de los organismos públicos a facilitar detalles concretos sobre las inversiones cerradas en cada una de las piezas del gigantesco puzle compuesto en la última década en la provincia. Una muestra de esta falta de claridad se constata en lo que a la construcción de la línea de Alta Velocidad ferroviaria entre Córdoba y Málaga. A pesar de solicitarse formalmente, desde el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y el Ministerio de Fomento se eludieron aportar datos concretos sobre el montante final del proyecto y las variaciones con respecto a los contratos de adjudicación.
A pesar de ello, Málaga Hoy pudo consultar dos documentos oficiales de Fomento según los cuales la ejecución de los 155 kilómetros de esta línea ferroviaria obligaron a desembolsar la nada despreciable cifra de 2.725 millones de euros. Así al menos se reconoce en la memoria económica elaborada por Adif para el año 2010. El escollo es cuánto tenía previsto gastar Fomento en esta misma infraestructura conforme a las contrataciones de cada uno de los 22 tramos en los que se dividió el trazado y los elementos añadidos de servicios, instalaciones eléctricas, señalización y un largo etcétera.
Sólo con ese primer dato, no aportado por el organismo estatal, sería factible sacar una conclusión clara respecto al comportamiento de la obra de Málaga. Sea como fuere, y tomando por válido el montante final de Adif, la media es de 17,5 millones de euros el kilómetro. Por su parte, cada uno de los 621 kilómetros entre el AVE Madrid-Barcelona supusieron una media de 14,4 millones de euros.
El mutismo expresado desde la Administración central respecto a la obra malagueña no esconde la existencia de al menos dos casos de especial significancia para el presupuesto final de la obra. El primero de ellos está relacionado con la aparición de fisuras en los túneles de Abdalajís que obligaron a Fomento a impulsar sendas obras de impermeabilización valoradas en 41,3 millones de euros más.
El segundo de los supuestos fue el soterramiento de la línea ferroviaria a su entrada en la ciudad. El valor final de la infraestructura poco tiene que ver con el precio de contratación. Sacyr se comprometió a su desarrollo por 144 millones de euros. Sin embargo, la inversión final, según los datos manejados por alguna de las instituciones que participaron en su financiación, puede superar ya los 210 millones. Es decir, casi un 46% más. El propio alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, administración que se comprometió a pagar el 20% de la actuación, viene asegurando en las últimas semanas que el valor de la obra casi se duplicó.
En la parte correspondiente a Fomento, la gran mayoría de actuaciones en materia viaria impulsadas en territorio malagueño en los últimos mandatos tienen variaciones significativas. Sin detalles sobre la hiperronda, cuya ejecución se valoró (incluyendo las expropiaciones necesarias) en unos 500 millones de euros, se puede calcular un aumento de 75 millones de euros en las obras de seis carreteras: el acceso sur al aeropuerto (adjudicado en 36,7 millones y terminado en casi 50 millones), el nuevo acceso al puerto (de 20,5 millones se pasó a 29 millones), el tercer carril de la ronda este (de 10,8 a 14 millones), el enlace Alameda-Barriguillas (de 20 millones a 28), el enlace Virreinas (de 13,6 millones a 20,6) y el soterramiento de San Pedro (adjudicado en 49,9 millones de euros pero que acabó costando unos 86 millones).
La escasez de detalles informativos se extiende al ente Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) en relación al Plan Málaga y al proyecto de ampliación del aeródromo de la capital de la Costa del Sol. Los datos aportados por el organismo reflejan la globalidad de las inversiones materializadas, sin especificar si las mismas coinciden o no con las adjudicaciones de cada una de las numerosas licitaciones. El montante asumido se eleva a 1.775 millones de euros.
La cuantía difiere sustancialmente de las previsiones con las que Fomento impulsó el Plan Director del Aeropuerto de Málaga. Según este documento, las inversiones totales se estimaban en 944,9 millones (la cifra en el documento de 2001 era de 341 millones). De acuerdo con ese documento, el soterramiento de la línea del Cercanías, actuación necesaria para la construcción del nuevo campo de vuelos, estaba estimada en 49,5 millones. Sin embargo, según desveló la entonces secretaria de Estado de Infraestructuras Concepción Gutiérrez en 2009, el coste de la operación se calculaba finalmente en unos 110 millones.
El halo generado en torno a la investigación judicial y administrativa abierta en torno a las obras del AVE entre Madrid y Barcelona extiende no tanto la sospecha sobre presuntas irregularidades al resto del territorio nacional, como las dudas sobre el proceder con el dinero público. Y Málaga, provincia que en la etapa de bonanza absorbió inversiones por varios miles de millones de euros, es pieza clave. Ya sea de la mano del Gobierno central, y fundamentalmente del Ministerio de Fomento; ya sea de la de la Junta de Andalucía, o del principal ayuntamiento, el de la capital de la Costa del Sol, no hay un gran proyecto que no haya tenido sobresaltos en sus cuentas.
Sin embargo, esta evidencia choca con la disposición de los organismos públicos a facilitar detalles concretos sobre las inversiones cerradas en cada una de las piezas del gigantesco puzle compuesto en la última década en la provincia. Una muestra de esta falta de claridad se constata en lo que a la construcción de la línea de Alta Velocidad ferroviaria entre Córdoba y Málaga. A pesar de solicitarse formalmente, desde el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y el Ministerio de Fomento se eludieron aportar datos concretos sobre el montante final del proyecto y las variaciones con respecto a los contratos de adjudicación.
A pesar de ello, Málaga Hoy pudo consultar dos documentos oficiales de Fomento según los cuales la ejecución de los 155 kilómetros de esta línea ferroviaria obligaron a desembolsar la nada despreciable cifra de 2.725 millones de euros. Así al menos se reconoce en la memoria económica elaborada por Adif para el año 2010. El escollo es cuánto tenía previsto gastar Fomento en esta misma infraestructura conforme a las contrataciones de cada uno de los 22 tramos en los que se dividió el trazado y los elementos añadidos de servicios, instalaciones eléctricas, señalización y un largo etcétera.
Sólo con ese primer dato, no aportado por el organismo estatal, sería factible sacar una conclusión clara respecto al comportamiento de la obra de Málaga. Sea como fuere, y tomando por válido el montante final de Adif, la media es de 17,5 millones de euros el kilómetro. Por su parte, cada uno de los 621 kilómetros entre el AVE Madrid-Barcelona supusieron una media de 14,4 millones de euros.
El mutismo expresado desde la Administración central respecto a la obra malagueña no esconde la existencia de al menos dos casos de especial significancia para el presupuesto final de la obra. El primero de ellos está relacionado con la aparición de fisuras en los túneles de Abdalajís que obligaron a Fomento a impulsar sendas obras de impermeabilización valoradas en 41,3 millones de euros más.
El segundo de los supuestos fue el soterramiento de la línea ferroviaria a su entrada en la ciudad. El valor final de la infraestructura poco tiene que ver con el precio de contratación. Sacyr se comprometió a su desarrollo por 144 millones de euros. Sin embargo, la inversión final, según los datos manejados por alguna de las instituciones que participaron en su financiación, puede superar ya los 210 millones. Es decir, casi un 46% más. El propio alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, administración que se comprometió a pagar el 20% de la actuación, viene asegurando en las últimas semanas que el valor de la obra casi se duplicó.
En la parte correspondiente a Fomento, la gran mayoría de actuaciones en materia viaria impulsadas en territorio malagueño en los últimos mandatos tienen variaciones significativas. Sin detalles sobre la hiperronda, cuya ejecución se valoró (incluyendo las expropiaciones necesarias) en unos 500 millones de euros, se puede calcular un aumento de 75 millones de euros en las obras de seis carreteras: el acceso sur al aeropuerto (adjudicado en 36,7 millones y terminado en casi 50 millones), el nuevo acceso al puerto (de 20,5 millones se pasó a 29 millones), el tercer carril de la ronda este (de 10,8 a 14 millones), el enlace Alameda-Barriguillas (de 20 millones a 28), el enlace Virreinas (de 13,6 millones a 20,6) y el soterramiento de San Pedro (adjudicado en 49,9 millones de euros pero que acabó costando unos 86 millones).
La escasez de detalles informativos se extiende al ente Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) en relación al Plan Málaga y al proyecto de ampliación del aeródromo de la capital de la Costa del Sol. Los datos aportados por el organismo reflejan la globalidad de las inversiones materializadas, sin especificar si las mismas coinciden o no con las adjudicaciones de cada una de las numerosas licitaciones. El montante asumido se eleva a 1.775 millones de euros.
La cuantía difiere sustancialmente de las previsiones con las que Fomento impulsó el Plan Director del Aeropuerto de Málaga. Según este documento, las inversiones totales se estimaban en 944,9 millones (la cifra en el documento de 2001 era de 341 millones). De acuerdo con ese documento, el soterramiento de la línea del Cercanías, actuación necesaria para la construcción del nuevo campo de vuelos, estaba estimada en 49,5 millones. Sin embargo, según desveló la entonces secretaria de Estado de Infraestructuras Concepción Gutiérrez en 2009, el coste de la operación se calculaba finalmente en unos 110 millones.
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