CADIZ DIGITAL
La estrecha calle Santa María Soledad es un oasis del ladrillo. En apenas cien metros, operarios y obreros de varias empresas trabajan en la rehabilitación de un par de fachadas y el nuevo bloque de viviendas que vendrá a ocupar el único solar libre que ha quedado en el entorno del Pirulí de Telefónica. La faena da incluso para ocupar aparcamientos y cortar el acceso durante las maniobras de la grúa. La imagen es casi un espejismo, un recuerdo de otros tiempos, cuando el sector tiraba de la economía con la misma fuerza que la industria o el turismo.
Hoy el ladrillo apenas da empleo a un tercio de los trabajadores que tenía en 2008, pero por primera vez en estos últimos seis años se ven signos de remontada. Y no se trata de previsiones empresariales ni del excesivo optimismo del político que ocupa un cargo público, lo dice la misma EPA que hace una semana daba a Cádiz el triste récord de un 43% de tasa de paro. Por lo visto, en el primer trimestre, la provincia contaba con 7.300 nuevos puestos de trabajo más en la construcción que hace un año. Incluso el Ministerio recogía una nueva reducción del desempleo en este sector que ya acumula 18 meses consecutivos de descenso, salvo la excepción de diciembre. Las oficinas del SAE tienen 5.964 demandantes menos, procedentes de la construcción, que en 2013. Unos porque se han vuelto a reenganchar y otros muchos, que se han reciclado en el campo y el sector servicios
Pero lo que dicen las estadísticas no parece tener un reflejo directo en la realidad. Sin nueva obra pública a la vista, ni una importante inversión privada, cuesta encontrar la explicación de tales números. El secretario general de la patronal (Fadeco), Emilio Corbacho, no oculta su sorpresa ante estos datos, que los considera «una gota en el mar». Reconoce que «son un signo objetivo de que hay una recuperación, pero muy tímida aún», destaca. Lo atribuye a la mejoría del consumo de los hogares, que empiezan a hacer obras de reforma, comunidades de vecinos que rehabilitan fachadas o zonas comunes, en definitiva, encargos que dan trabajo a las pequeñas y mediadas empresas y logran mejorar el pronóstico del empleo en este ámbito. El Observatorio de Mercado de Materiales de Construcción de la sociedad empresarial Andimac lo pone también de manifiesto y llega a cuantificar que el 80% de su mercado está ligado a las reformas y la rehabilitación.
Sobre la posible incidencia que tienen los planes públicos como el OLA, para trabajos en colegios públicos, el Profea o los de mantenimiento de carreteras, destaca que «no llegan a tener un gran impacto en el desempleo» y exige que «las administraciones que los proponen cumplan con los pagos en tiempo y forma, porque se siguen retrasando y financiándose a costa de las pymes».
También le cuesta ver los síntomas de recuperación al secretario de Empleo de UGT Cádiz, Juan Manuel Ruiz, que destaca la salida en masa de decenas de trabajadores de la construcción que hoy se buscan la vida en otros países. «La provincia ha visto reducida la mano de obra en este ámbito y sigue sin dale salida a los parados que quedan a la espera de un empleo en la construcción», señala. El portavoz sindical valora la mejoría de los datos, pero hace hincapié en la precariedad de las ofertas que se hacen, con jornadas de menos tiempo y un salario inferior.
La nueva realidad del ladrillo queda muy lejos de los sueldos sobredimensionados y la urbanización desmedida. Los planes públicos de vivienda se centran en la construcción sostenible y la rehabilitación. Esa es la nueva línea que ha marcado el Ejecutivo central y es la que recoge el borrados del decreto de la Junta que aún se encuentra en trámite.
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