LA VOZ DE MALLORCA
I. Olaizola. Palma A las nueve y cuarto de la mañana, el 112 lanzaba el aviso: un avión comercial con 37 pasajeros a bordo había colisionado con una avioneta tripulada por cuatro personas en algún lugar indeterminado de la Serra de Tramuntana. Todos los servicios de emergencia de la comunidad se ponían en marcha y el SAR del Ejército del Aire, impulsor del ejercicio, procedía a buscar a las naves accidentadas así como a los posibles supervivientes del siniestro.
Los restos de fuselaje y los accidentados del avión comercial habían caído en las proximidades del Cúber, donde se montaba el puesto de mando avanzado así como un improvisado hospital de campaña para atender a los heridos más leves. La localización de la avioneta Cessna siniestrada es más laboriosa. Hay que peinar un terreno muy accidentado y finalmente es localizada en una zona entre las localidades de Lluc y Pollença.
Llamas, humo y restos de avión por la zona de la catástrofe, heridos gimiendo de dolor. Pese a todo, los helicópteros participantes en el siniestro simulado pueden evacuar a los nueve accidentados en estado más crítico al hospital de Son Espases.
Se trata de los cuatro ocupantes de la avioneta privada, dos de los cuales tienen un pronóstico muy grave, otro ha resultado herido leve y el último está prácticamente ileso aunque, por precaución, son trasladados hasta el hospital de referencia para que se evalúe su estado tras un choque tan brutal. Asimismo, durante el traslado fallece uno de los ocupantes. Por su parte, del total del pasaje del avión comercial, tan solo cinco pasajeros precisan ser evacuados hasta Son Espases.
Cuatro horas después de la alerta, concluye el ejercicio con algún inevitable fallecido y la satisfacción de que todos los organismos implicados han funcionado con precisión y coordinación.
Comentarios
Publicar un comentario