La zona de confort es un estado de la mente en el que la persona se siente tranquila y segura con el tipo de vida que está llevando
Cuando la persona sale de la zona de confort, la mente sufre una transformación con la que ya nunca más vuelve a ser la misma
La zona de confort es un estado de la mente en el que la persona se siente tranquila y segura con el tipo de vida que está llevando y con las cosas que está haciendo. Mantiene la misma rutina en la que no asume nuevos retos. Es un estado que le permite no tener miedos ni vivir con ansiedad. Sin embargo, su desarrollo personal se estanca, por lo que cuando la persona permanece en ese estado mental durante mucho tiempo aparece la pérdida de motivación, la apatía, la monotonía y el desgaste.
La zona de confort se termina convirtiendo en la excusa por la cual una persona no se arriesga, no hace nada y, finalmente, no vive. En su lugar, opta por una ansiedad neutral la cual le permite tener un rendimiento constante, pero sin exponerse a la incertidumbre. No siempre es recomendable, ni necesario correr los riesgos que implica salir de la zona de confort, pero cuando lo haces tu mente sufre una transformación con la que ya nunca más vuelve a ser la misma.
A veces no es recomendable
La zona de confort consta de dos componentes: el estado mental o sensación de comodidad y un componente conductual. En este sentido, por un lado, la persona se siente cómoda con las barreras que se ha puesto para evitar sentir miedo o ansiedad y la parte conductual, se refiere a todas aquellas acciones que se desarrollan de manera rutinaria día a día, que son conocidas para la persona y con las que evita exponerse a otras nuevas.
Esa comodidad no tiene por qué ser siempre negativa, ya que te aporta una sensación de control sobre tu vida que te da seguridad. No tienes por qué estar subido en una montaña rusa de emociones que te lleve a enfrentar, continuamente, riesgos que no te hacen bien. De esta forma, evitas la ansiedad que te genera la incertidumbre de no saber o no controlar lo que pueda pasar. No cambiar implica una automatización de todas las actividades que, con el tiempo, no te supondrá esfuerzo realizar.
Esto te permite sentirte protegido y afrontar los obstáculos con decisión porque sabes dónde te mueves. Cuentas con un grupo de amigos y familiares que te apoya y te ayuda en situaciones complicadas y eso te hace sentir bien.
Cómo cambia la mente
Salir de la zona de confort implica enfrentar miedos y dudas. A medida que superas estos obstáculos, la autoconfianza crece. La realización de que puedes superar desafíos te empodera y cambia la percepción que tienes de ti mismo, una autovisión enturbiada por el miedo al fracaso que limitaba tus acciones. Pero cuando sales de la zona de confort y empiezas a afrontar situaciones, poco a poco, te vas acostumbrando a la idea de que el error es parte del aprendizaje y el temor va a desapareciendo, haciendo que cada vez afrontes las situaciones con optimismo.
Además, implica un crecimiento personal porque tu mente se adapta a las situaciones ambiguas, desarrollando una mayor tolerancia y capacidad para manejar la falta de claridad en el momento presente. Esto te permite aumentar tus habilidades en muchos sentidos ya que tu mente se ve estimulada por la novedad y la diversidad, lo que potencia la creatividad y la capacidad de encontrar soluciones sin verte perjudicado por el bloqueo mental de los miedos.
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