►La Federación Empresarial de la Dependencia alerta del déficit enorme de profesionales y pide actuar a Sanidad
Ahora que el Ministerio de Sanidad ha decidido que las mascarillas sean solo recomendables en las residencias para las personas con síntomas, ¿cómo está realmente la situación en estos centros?
«No se están produciendo muchos contagios de covid en las residencias. La gripe, en cambio, está causando estragos y se están produciendo muchos más casos que de covid en residencias al igual que entre la población en general. Está habiendo una incidencia muy importante, pero no se están registrando más casos que otros años. Es decir, es un tema muy puntual de esta época. Salvando los años previos de mascarilla, estamos en la misma línea que en 2019, 2018 yo 2017», asegura Ignacio Fernández-Cid, presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia (FED).
Respecto a la vacunación, «los residentes muy mayoritariamente se han vacunado de covid, un 90%, como de gripe, 95%», destaca, algo clave ya que se trata de población de riesgo.
Sin embargo, la situación en el caso de los trabajadores de residencias es muy diferente. «El personal de residencias te diría que está muy harto de las vacunas, si llega al 30% o rondando esta cifra, no más ni una ni otra», afirma.
Una vacunación, la de los profesionales, que ha ido descendiendo a medida que han pasado los años desde que estalló la covid. Así, cabe recordar que en 2022 había entre un 4 y un 8% del personal de residencias geriátricas privadas sin vacunarse de covid (en residencias públicas se desconocía y se desconoce el dato).
Uno de los motivos del desplome vacunal, además del hartazgo, según Fernández-Cid, «es el miedo a los efectos negativos con el que algunos nos martillean la cabeza diciendo que son peligrosísimas y que a saber sus efectos... Ese miedo ha hecho que la vacunación haya haya sido muy baja cuando por conciencia, por sentido común, uno pensaría en que los empleados se vacunarían para proteger a los mayores».
Esta cifra, la del 30%, «aumenta en el caso de las residencias en las se ha puesto la vacuna a residentes y empleados en el mismo centro, ya que eso facilita que el personal lo haga. Pero en la mayoría de los centros, no ha sido así», explica.
Respecto a las mejoras urgentes en este sector, el presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia tiene claro que en cuanto a los contagios y la mascarilla «lo suyo es recomendar porque obligar no tiene sentido centro a centro». Ahora bien, «sería muy bueno que a los centros nos den material necesario para combatir esto, como los tests para saber a qué nos enfrentamos porque no somos centros sanitarios». Algo que algunas comunidades autónomas daban en su día, cuando estalló la Covid-19, y otras no. Una realidad singular que se sigue produciendo hoy, ya que algunas regiones les dan test covid, «como Madrid, por ejemplo».
Y como sucede en el caso del SNS, «en nuestro sector tenemos un déficit enorme de personal. Necesitamos políticas activas de empleo. Necesitamos profesionales tanto gerocultores como enfermeros, la necesidad de estos últimos es acuciante, también hay déficit de médicos, fisioterapeutas...». Y si vemos el detalle de perfiles profesionales, la realidad es que «si no hay profesionales suficientes habrá que crear cientos de plazas más en las facultades» para que salgan las siguientes hornadas reforzadas.
Además, Fernández-Cid pone el dedo en la llaga de lo que se tarda en la homologación de títulos. Hay que acelerar esto, no se pueden tardar dos o tres años con la falta de profesionales que tenemos y, además, porque si no estás condenando a estos profesionales a tener un trabajo indigno porque se han formado para ser enfermeros, médicos, no otra cosa».
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