EL CAMBIO DE HORA Y SUS EFECTOS EN LA SALUD: "EL CAMBIO DE MARZO ES EL MÁS COMPLEJO PARA ADAPTARNOS / LA VOZ DE LA SALUD /
La comunidad científico-sanitaria destaca los efectos sobre la salud de una decisión que ya no se justifica económicamente
29 mar 2024 . Actualizado a las 12:23 h.
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La madrugada de este domingo, la hora volverá a cambiar, por lo que toda España —a excepción de un único pueblo en Albacete— dormirá o tendrá una hora menos de fiesta durante la última noche de marzo. A las dos, serán las tres. Se trata del primero de los dos cambios horarios del año, que nos dejará en el huso GMT +2 hasta el próximo octubre, cuando regresaremos al GMT +1. Algo sobre lo que la comunidad científica, de manera bastante impopular, viene alertando desde hace años, calificándolo de anomalía.
Las siglas GMT (Hora Media de Greenwich, en inglés) sirven para diferenciar las distintas franjas horarias en función de su cercanía o lejanía con el meridiano de referencia. Con un simple vistazo a un mapamundi, encontraremos la primera de las piezas que no encajan. ¿Cómo es posible que España comparte seis meses el mismo huso que Alemania si la mayoría del territorio español queda al oeste del meridiano y Alemania se ubica mucho más al este de Greenwich? De hecho, ¿por qué España no tiene asignada el GMT 0 si esta línea imaginaria atraviesa buena parte de Aragón y la Comunidad Valenciana? Eso por no hablar de la posición de Galicia frente a esta referencia.
«Ninguno de los dos horarios en los que estamos —en invierno GMT +1 y en verano GMT +2— es el que nos corresponde, deberíamos estar en el GMT 0, el de Portugal. Sin embargo, en invierno estamos una hora por delante y, en verano, estamos dos horas desplazados de lo que nos correspondería», explica María José Martínez Madrid, coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española del Sueño (SES).
No es ningún secreto que fue el dictador Francisco Franco el que sumió a España en este caos, queriendo igualar al país con la hora de Alemania. El caudillo murió un 20 de noviembre de 1975, pero al día siguiente, que era viernes, la gente tenía que ir a trabajar y la hora seguía siendo la misma. Se consideró que la Transición ya tenía la suficiente plancha como para añadir más problemas. El desfase horario no se corrigió.
La madrugada de este domingo, la hora volverá a cambiar, por lo que toda España —a excepción de un único pueblo en Albacete— dormirá o tendrá una hora menos de fiesta durante la última noche de marzo. A las dos, serán las tres. Se trata del primero de los dos cambios horarios del año, que nos dejará en el huso GMT +2 hasta el próximo octubre, cuando regresaremos al GMT +1. Algo sobre lo que la comunidad científica, de manera bastante impopular, viene alertando desde hace años, calificándolo de anomalía.
Las siglas GMT (Hora Media de Greenwich, en inglés) sirven para diferenciar las distintas franjas horarias en función de su cercanía o lejanía con el meridiano de referencia. Con un simple vistazo a un mapamundi, encontraremos la primera de las piezas que no encajan. ¿Cómo es posible que España comparte seis meses el mismo huso que Alemania si la mayoría del territorio español queda al oeste del meridiano y Alemania se ubica mucho más al este de Greenwich? De hecho, ¿por qué España no tiene asignada el GMT 0 si esta línea imaginaria atraviesa buena parte de Aragón y la Comunidad Valenciana? Eso por no hablar de la posición de Galicia frente a esta referencia.
«Ninguno de los dos horarios en los que estamos —en invierno GMT +1 y en verano GMT +2— es el que nos corresponde, deberíamos estar en el GMT 0, el de Portugal. Sin embargo, en invierno estamos una hora por delante y, en verano, estamos dos horas desplazados de lo que nos correspondería», explica María José Martínez Madrid, coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española del Sueño (SES).
No es ningún secreto que fue el dictador Francisco Franco el que sumió a España en este caos, queriendo igualar al país con la hora de Alemania. El caudillo murió un 20 de noviembre de 1975, pero al día siguiente, que era viernes, la gente tenía que ir a trabajar y la hora seguía siendo la misma. Se consideró que la Transición ya tenía la suficiente plancha como para añadir más problemas. El desfase horario no se corrigió.
Cambiar o no cambiar
La segunda incógnita por despejar es saber si, a día de hoy, estos dos cambios continúan teniendo sentido. La idea inicial sobre su utilidad se fundamentaba, principalmente, en una cuestión de ahorro energético. Pero desde que España adelantó por primera vez la hora en la primavera de 1918, el mundo ha cambiado bastante. «No es natural cambiar así de hora. De hecho, las condiciones bajo las que se estableció buscando determinados beneficios energéticos, ya no existen. No entendemos por qué tenemos que seguir arrastrando esta tradición si no hay ningún beneficio y, a nivel de salud, sí hay bastante perjuicios. Ahora que todo está 24 horas encendido, esas diferencias significativas ya no las hay», incide Martínez Madrid.
La segunda incógnita por despejar es saber si, a día de hoy, estos dos cambios continúan teniendo sentido. La idea inicial sobre su utilidad se fundamentaba, principalmente, en una cuestión de ahorro energético. Pero desde que España adelantó por primera vez la hora en la primavera de 1918, el mundo ha cambiado bastante. «No es natural cambiar así de hora. De hecho, las condiciones bajo las que se estableció buscando determinados beneficios energéticos, ya no existen. No entendemos por qué tenemos que seguir arrastrando esta tradición si no hay ningún beneficio y, a nivel de salud, sí hay bastante perjuicios. Ahora que todo está 24 horas encendido, esas diferencias significativas ya no las hay», incide Martínez Madrid.
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