"El Borge, Almáchar, Cútar, Comares y Benamargosa, que en tiempos andalusíes formaban una taha, ofrecen paisajes, historia, vino dulce y pasas como alternativa a la Costa del Sol desde la comarca conocida como la Toscana malagueña", es como definen desde El País, a este particular conjunto de pueblos blancos de Málaga, cada uno con su particularidad, con su encanto, con patrones comunes también, que conforman esa pequeña Toscana que hace recordar a la región italiana de enclaves tan mágicos como Florencia, Pisa o Siena.
"El bandolerismo fue una forma de vida entre los siglos XVIII y XX en una comarca conocida como la Toscana malagueña por sus paisajes, vinos dulces y entorno natural", señalan en el rotativo nacional antes de detenerse en este quinteto de pueblos blancos de Málaga para darles valor, sonrojando a cada uno de ellos y definiéndolos con algunas frases, lugares y encantos de estos. Por ejemplo de El Borge, además de sus "flamantes cultivos subtropicales y viejos viñedos", también destacan la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, del siglo XVI, la Fuente de la Vendimia, una parada en el bar Casa Paco o la reciente Galería del Bandolero, un atractivo turístico de reciente apertura.
El Almáchar, la siguiente parada, destacan la calle de Eugenia Ríos, principalmente por esas fotografías que descubren las fases para la elaboración de las pasas. Destacan también la parroquia de San Mateo, el barrio de Las Cabras o una parada en la cooperativa Santo Cristo para comprar aceite, vino o vermut, lo que prefieras. "El Museo de la Pasa abre sábados y domingos", confirman desde El País. Sobre Cútar, un "minúsculo pueblo recogido en una loma" del que no dudan en recomendar el Centro de Interpretación de la Alquería de Cútar, un portal al pasado y la historia del municipio y la zona, especialmente sobre los monfíes, "rebeldes andalusíes que se asemejan a los bandoleros".
De los dos últimos pueblos, Comares y Benamargosa, es breve. Si bien es cierto que recomendar descanso y comida en el restaurante Atalaya de Comares por su "rico chivo" o su "refrescante salmorejo". Dejan algún dato más de la geografía y ubicaciones de la zona, como la pequeña Triana, así como la barriada de La Zorrilla, o una escapada en ascensión, una ruta, hasta la estupa de Kalachakra de la que ya hemos hablado con anterioridad: "Inesperada sorpresa en el territorio axárquico muy cercana a la torre defensiva de origen árabe que domina la zona con vistas al pantano de La Viñuela, la sierra de La Maroma, el Mediterráneo y una sucesión infinita de lomas".
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