-LOS SEZNOS JUEGAN EN LA PRIMAVERA- LA VOZ DE LEON
Localizan en la Cordillera Cantábrica a las primeras osas . con crías de este año. Han nacido en las primeras semanas de este año en las oseras y ya hace un mes que abandonaron su guarida para llevar a los bosques del norte de la provincia las más entrañables escenas de este animal salvaje, que los especialistas observan para determinar la situación de la especie.
A. Domingo | Redacción 07/06/2014
Es el avistamiento de osas con crías la que indica a los especialistas de la Fundación Oso Pardo (FOP) y de las comunidades autónomas la evolución de la especie. Es decir, si el esfuerzo destinado a la conservación del plantígrado —recuperación de hábitats y seguimiento de ejemplares, lo que se traduce en recursos invertidos— está dando fruto. A medida que avance el año se irán contrastando los datos obtenidos gracias al trabajo de campo y se podrá establecer una comparación sobre el comportamiento de la especie con respecto a años anteriores.
En León interesa confirmar si el plantígrado continúa ocupando nuevos espacios y reduciendo, cada vez más, la distancia de la subpoblación oriental (Ancares, Laciana, Babia) con la oriental, situada en la provincia en el área de Riaño. El año pasado se confirmó que el plantígrado ha entrado cada vez más en Omaña y Luna a la vez que empieza una tímida expansión hacia el sur. La presencia de hembras con crías en donde antes no se habían visto indica la colonización del territorio.
Los primeros avistamientos ya se han producido y se han captado imágenes que la FOP hace públicas ahora —el vídeo se puede ver en www.diariodeleon.es—. Los madres y sus cachorros se han alejado paulatinamente de la cueva de hibernación, donde los oseznos llegaron al mundo con unos 300 gramos de pesos, casi ciegos y sin el denso pelo que les protege. Ahora, pesan al menos diez veces más que al nacer —entre tres y cuatro kilos— y su curiosidad y jugueteo son fundamentales en su desarrollo.
En lo más inaccesible de las montañas, las madres pasan la mayor parte del tiempo alimentándose, con el fin de acumular energía suficiente para el cuidado de los pequeños —entre uno y tres por camada—, hierba, diferentes plantas, hojas tiernas de árboles y arbustos, invertebrados que capturan bajo las piedras y la carroña que puedan encontrar forman su dieta. Además, amamantan a sus crías y las vigilan, en especial del ataque de machos en celo.
Los oseznos se alimentan de la leche materna, aunque ya empiezan a probar los alimentos que les ofrece el entorno. Dedican buena parte del día al juego, alrededor del 35% de la jornada, estima la FOP. En familias de dos o tres hermanos juegan entre ellos: correrías y peleas se mezclan con trepar por los árboles o alguna roca. La madre tiene un papel mucho más activo en el juego cuando sólo ha parido una cría. El grupo permanecerá unido aún todo un año, en el que seguirán creciendo y aprendiendo con juegos de primavera, vitales para el individuo y el conjunto de la especie.
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