En Andalucía solo Huelva iguala los datos de Granada, que son de los más altos con importes que parten desde los 25,24 euros para los vehículos con menos caballos fiscales (CVF) hasta los 224 euros para los que cuentan con la mayor cifra en este sentido. De hecho, en España únicamente se cobra por encima de estas cifras en el País Vasco, donde las cifras más altas por el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) superan los 350 euros.
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«Se trata de un impuesto que pagan todos los automovilistas españoles y en el que existen muchísimas diferencias», explica a IDEAL Mario Hernando, presidente de AEA, que confirma como los ayuntamientos más caros en lo relativo a este impuesto a los de Vitoria, Bilbao, Tarragona, Lleida, Palma, Ciudad Real, Valladolid, Huelva, Granada y Murcia.
Frente a estas ciudades se encuentran los denominados por AEA como «paraísos fiscales' para el Impuesto de Circulación, ya que las diferencias pueden ser de hasta el 900% con respecto a los municipios más caros. «En estos paraísos fiscales las tarifas son mucho más bajas y observamos como hay muchísimas matriculaciones, con un índice de matriculación superior a un vehículo por habitante», explica Hernando.
«Se trata de un impuesto que pagan todos los automovilistas españoles y en el que existen muchísimas diferencias»
Mario Hernando
Presidente de AEA
Y es que mientras algunas ciudades con muchos conductores particulares prefiere cobrar más para aumentar su recaudación, hay otras, sobre todo poblaciones pequeñas, que atraen a empresas con grandes flotas de vehículos con un impuesto más bajo, algo que es «completamente legal». «La ley lo permite y hemos encontrado municipios con poblaciones pequeñas que tienen coches matriculados allí que nunca han pisado el pueblo».
Armonización fiscal
En su estudio, AEA ha detectado un total de 27 'paraísos fiscales' en los que las diferencias en el Impuesto de Circulación alcanzan un 900%. «En Andalucía no hemos detectado esta desproporción salvo algún caso en la provincia de Málaga. Especialmente estos casos se concentran en Madrid», detalla el presidente de AEA.
«Es un problema que ocurre con muchos impuestos y que seguirá así hasta que no haya una armonización fiscal». De hecho, Hernando considera que el Impuesto de Circulación debería modificarse porque en la actualidad «no tiene mucho sentido» y «se fija en función de lo que quiera recaudar cada ayuntamiento». «A día de hoy vemos como establecen restricciones de tráfico en las grandes ciudades pero no modifican este impuesto. No responde a ninguna lógica y hay que rediseñar la fiscalidad del automóvil», finaliza.
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