👦EL FARO DE MOTRIL > Nazareno y Esperanza imponen fervor en su camino al Calvario <
Salobreña celebra un miércoles santo solemne y devoto por sus calles
Tras dos años de obligado parón en lo que a ejercicios penitenciales se refiere, la villa de Salobreña ha vuelto a renovar la tradición de vivir en sus calles los pasajes más significativos de la pasión y muerte de Cristo. Lo ha hecho en un día muy señalado, el miércoles santo, jornada en la que finaliza la cuaresma y prepara a los cristianos para la inauguración del triduo pascual, tres días que son claves para rememorar los momentos más representativos de la pasión y muerte de Cristo. El miércoles santo, pues, dos corporaciones penitenciales de la villa anticipan en su iconografía pasionista los trágicos instantes en los que el Hijo de Dios padece su martirio, concretamente, el del “Ecce Homo” flagelado y escarnecido tras la sentencia de Poncio Pilato y, asimismo, la de Jesús Nazareno portando la cruz al hombro camino del Monte Calvario. Ambas, por tanto, ejemplo vivo de catequesis en la calle para hacer recordar al pueblo que nos encontramos en Semana Santa.
La primera cofradía en salir a la calle fue la del Santísimo Cristo de la Humillación, que lo hizo tempranamente desde el templo de San Juan Bautista. Posteriormente, fue la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Esperanza la que efectuaba su salida penitencial desde el templo patronal para recorrer las calles del casco antiguo del pueblo. Ambas, esperadas y ansiadas por vecinos y visitantes, puesto que desde hace años forman parte de su ser y de su particular devoción.
Salobreña celebra un miércoles santo solemne y devoto por sus calles
Tras dos años de obligado parón en lo que a ejercicios penitenciales se refiere, la villa de Salobreña ha vuelto a renovar la tradición de vivir en sus calles los pasajes más significativos de la pasión y muerte de Cristo. Lo ha hecho en un día muy señalado, el miércoles santo, jornada en la que finaliza la cuaresma y prepara a los cristianos para la inauguración del triduo pascual, tres días que son claves para rememorar los momentos más representativos de la pasión y muerte de Cristo. El miércoles santo, pues, dos corporaciones penitenciales de la villa anticipan en su iconografía pasionista los trágicos instantes en los que el Hijo de Dios padece su martirio, concretamente, el del “Ecce Homo” flagelado y escarnecido tras la sentencia de Poncio Pilato y, asimismo, la de Jesús Nazareno portando la cruz al hombro camino del Monte Calvario. Ambas, por tanto, ejemplo vivo de catequesis en la calle para hacer recordar al pueblo que nos encontramos en Semana Santa.
La primera cofradía en salir a la calle fue la del Santísimo Cristo de la Humillación, que lo hizo tempranamente desde el templo de San Juan Bautista. Posteriormente, fue la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Esperanza la que efectuaba su salida penitencial desde el templo patronal para recorrer las calles del casco antiguo del pueblo. Ambas, esperadas y ansiadas por vecinos y visitantes, puesto que desde hace años forman parte de su ser y de su particular devoción.
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