LA CUEVA DE LOS MURCIELAGOS
Termina el Sr. Cóngora haciendo las siguientes conclusiones con respecto a la vida y usos de estos antiguos habitantes de la Cueva de los Murcielagos.
1º El cuidado en ellos la creencia en la inmortalidad de alma, y en una resurrección y vida futura, sin que nada indique ni en su necrópolis, ni en aquellos alrededores, un culto sanguinario como el de los druidas.
La región de estas tribus debía ser natural y sencilla, como sus primitivas costumbres.
2º Estas gentes debían ser trogloditas como trogloditas como
3º Las armas y herramientas de ellos eran punta de perdernal hachas y cuchillos o raspadores de serpentina o jabalina, convenientemente afiladas, punzones de huesos y otros utensilios de estas sustancia y de madera. Los mineros y peones de Albuñol al revolver la Cueva, preocupados con la riqueza metálicas supieron que estas hachas eran piedras de toques, así como el vulgo las cree piedra de rayo en otras partes.
4º Usaban vasijas de barro de varias hechuras y toscamente labradas, pero si el oro, de que es nuestra interesantísima la corona o diadema ya citada.
Seguramente que la hidalguia ingénita del oro nativo debió fascinar sus ojos.
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