CADIZ DIGITAL
Las ciudades de El Puerto, Chipiona y Jerez viven un gran ambiente protagonizado por los más de 130.000 aficionados
El puente de mayo es una de las pruebas importantes a las que se enfrenta cada año la DGT. Las previsiones cifraban en 5,5 millones el número de desplazamientos que se iban a producir en todo el país, marcado por una gran cita: el Gran Premio de Motociclismo de Jerez. Según los primeros datos aportados por el Ministerio del Interior, el evento deportivo movilizó 50.000 motos y a unas 130.000 personas, que acudieron al trazado jerezano para presenciar las carreras. Un año más la salida controlada de los motoristas al terminar la carrera de Moto GP hizo que apenas se produjeran retenciones de importancia.
La despedida de los miles de motoristas que han viajado hasta la provincia de Cádiz fue el punto y final a una de las mejores motoradas de los últimos años que se han vivido en El Puerto, donde por segundo año consecutivo se ha dejado entrar las motos al centro de la localidad, repercutiendo este hecho en el ambiente y, previsiblemente, en las cajas de los negocios. Si bien ayer se desconocían las cifras definitivas sobre el impacto económico que ha tenido el GP de Jerez y los eventos que la rodean.
A esto se une la falta de incidencias graves que han hecho que, por ejemplo, en El Puerto se haya vivido una de las ediciones mejores de los últimos años. Desde temprano ya se podía apreciar calma en las calles céntricas de la ciudad, por ese motivo se comenzó a desmontar el dispositivo de seguridad a primera hora de la mañana de ayer, ya que la mayoría de los moteros habían acudido a disfrutar del Campeonato del Mundo y sólo quedaron los más rezagados. Tras disputarse la carrera en el circuito de Jerez comenzó su vuelta a casa.
La salida hacia sus lugares de origen se produjo sin retenciones y con fluidez en la zona de El Puerto, abandonando poco a poco la ciudad por sus principales accesos como la antigua nacional IV. Tras la salida de los amantes de la velocidad, la ciudad fue recuperando lentamente su rutina. Sobre las 15.30 se escuchaban los últimos rugidos de los motores.
La noche del sábado fue la que más ambiente atrajo a las calles de la ciudad. Se pudo contemplar a cientos de personas admirando la potencia de las motos y jaleando a los moteros para que quemaran rueda e hicieran piruetas a lo largo de la Rivera del Marisco y Avenida Micaela Aramburu. Esto se prolongó hasta las 00.30 horas cuando ya se procedió a cerrar las calles céntricas. Pese a eso la fiesta continuó en los diferentes pub de la ciudad hasta altas horas de la mañana.
En la tarde-noche del sábado, se controlaron 520 motocicletas y se detuvo a dos personas que tenían el permiso de conducir retirado por sentencia judicial. De la misma forma la jornada grande se cerró sin incidentes destacables. El concejal de Policía Local, Carlos Coronado, se mostraba satisfecho porque «el dispositivo ha cumplido con sus objetivos y se ha logrado controlar la gran afluencia».
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