👦EL FARO DE MOTRIL > Y al tercer día resucitó de entre los muertos<
EN EL FARO, ECOS DE NUESTRA SEMANA SANTA: El cortejo del Dulce Nombre de Jesús da por terminada la Semana Santa en la ciudad
Tras tres días de duelo por la muerte de Cristo, llega ahora la jornada del domingo que la liturgia denomina de Resurrección o de Pascua Florida, que es lo mismo. Es un día grande, el más grande de los tres que le han precedido durante el Triduo Pascual que, recordemos, acontece durante el jueves, viernes y sábado santos. Este domingo de Pascua clausura la semana Santa con la Resurrección de Cristo tras su crucifixión. Ya lo rubrica la excepcional marcha de “La muerte no es el final”, cuyo intrínseco significado no es otro que aseverar que Cristo resucitó de entre los muertos y que ha vencido a la muerte.
Desde el año de 1990, el Domingo de Resurrección aparece realzado en Motril por una señera procesión del Niño Dios que hace recordar precisamente ese instante, el del triunfo de Cristo sobre la muerte. Esta fiesta solemne fue recuperada por la Asociación Cultural Motril Cofrade con una procesión de niños que saludaban la Resurrección con el tañer de cientos de campanillas en señal de alegría. Aquella primera procesión se pudo llevar a cabo con la imagen de un Niño Jesús que fue cedida por la parroquia del municipio alpujarreño de Válor, y que en vista de su éxito, hizo incorporar al cortejo una nueva imagen que le fue encargada al escultor cordobés Miguel Ángel González Jurado en 1992. Desde entonces no se ha faltado a la cita de ese esperado Domingo de Resurrección, todo ello por obra y mano de la Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús que es la encargada de organizar el cortejo. Ha sido tal su proyección y su excepcional acogida, que desde el año de 2003 ha sido declarada fiesta de interés turístico nacional.
La procesión del Dulce Nombre de Jesús tiene lugar en la mañana del domingo, tras la celebración eucarística del día. Concluida la ceremonia, la junta de gobierno de la archicofradía dispone la organización del cortejo en el interior de la iglesia, mientras resuenan en el exterior los sones de la Agrupación Musical de Nuestra Señora de la Encarnación de Almuñécar que hace su entrada triunfal en la nueva sección de la tribuna oficial que enseñorea la plaza de España. De seguida tiene lugar la salida procesional desde la puerta lateral del crucero, abriendo su marcha la cruz parroquial escoltada por dos ciriales. Marchan a continuación las representaciones juveniles de las diferentes cofradías y hermandades que existen en la ciudad, figurando todos sus miembros con báculos presidenciales, además de las típicas campanillas que hacen tañer sin interrupción. Desde luego, un multitudinario séquito de jóvenes cofrades que remiten a la esencia de nuestra semana santa y que representan a esa savia nueva que habrá de tirar del carro de nuestra fiesta sagrada en los próximos años. Tras ellos, la presidencia oficial del cortejo que deja mostrar en su centro el libro de reglas, cuerpo de acólitos y el estandarte de la corporación matriz. A continuación, el cuerpo de ciriales precede al impresionante paso barroco del Dulce Nombre de Jesús que efectúa su salida a los sones de “El Oboe de Gabriel”, composición original de Ennio Morricone.
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